Los investigadores españoles dudan de que El Egipcio sea la pieza clave del 11-M. Los policías consultados consideran que el gran problema del terrorismo islámico es que carece de estructura. También afirman que el terrorista suicida se forma en las mezquitas.

La policía tiene serias dudas sobre El Egipcio, para ser más exactos, sobre las posibilidades de que Rabei Osman sea el verdadero cerebro del 11-M. El juez Del Olmo le acusará de 191 asesinatos (no le acusa del asesinado 192, porque era un niño no nacido y, según la legislación española, los niños no nacidos no existen). Lo curioso es que casi todas las fuerzas políticas, incluida el principal partido de la oposición, el PP, no han convertido este asunto en batalla política principal.

Lo cierto es que en medios policiales a los que ha tenido acceso Hispanidad.com, se considera que la principal acusación contra El Egipcio son sus propias palabras, que también podrían ser la baladronada de un asesino.

Hasta los propios policías reconocen que no existen bases de datos sobre el terrorismo islámico en España, ni agentes que hablen árabe, ni experiencia en la lucha contra este tipo de terrorismo. En la noche del miércoles 8 y madrugada del jueves 9, se detenían a nuevos activistas islámicos en Guipúzcoa, al parecer relacionados con los terroristas que se suicidaron en Leganés tras el crimen colectivo del 11-M, y que impondría una nueva deriva en la investigación policial sobre el mayor atentado en España.

Los propios policías coinciden en que el problema es doble: al revés de lo que ocurre con los grupos de terroristas occidentales, sean de ultraizquierda o de ultraderecha, en el terrorismo islámico no hay jerarquías. La pirámide de mando no está nada clara, por la que difícilmente pueden ser descabezados. Entre los investigadores, tanto del Cuerpo Nacional de Policía como de la Guardia Civil, Ben Laden no es más que un icono, y no se puede hablar de una red Al Qaeda en España.

Y el otro problema también afecta a la falta de jerarquía. Es el problema de la falta de jerarquía eclesiástica. Para los investigadores consultados, el hecho de que el clero islámico no sea una iglesia, ni disponga de una jerarquía, ni de un escalafón, es otro gran problema, dado que consideran que el terrorista islámico se hace tal en las mezquitas, incluida la madrileña mezquita de la M-30, ligada al régimen de Arabia Saudí.

En este sentido, la policía se muestra indignada por la política del Gobierno Zapatero, dispuesto a otorgar papeles de residentes a los ulemas musulmanes por el hecho de serlo. Los portavoces del Gobierno se defienden advirtiendo que esa es una interpretación muy mecánica de la política del Gobierno en la materia y que aún no hay tomada ninguna decisión. Según el Gobierno, la legalización de imanes también conlleva un cierto control de los mismos. Para algunos policías, eso no deja de ser una ingenuidad.