Hasta aquí hemos llegado, Zerolo. Puedes echar a perder tu vida como mejor te parezca. Pero, viviendo como vives de mis impuestos, me veo en la obligación de pararte los pies cuando quieres echar a perder la vida de otras personas y, principalmente, la de mis hijos y el resto de escolares españoles promoviendo el adoctrinamiento sexual de los menores, por decreto ley, según la ideología del colectivo gay.
En unos pocos años habéis pasado de intolerados a intolerantes. Reclamabais una libertad y unos derechos que, ahora, negáis a quienes no participamos del pensamiento único. La falta de preparación y de voluntad de servicio os ha convertido en unos dictadorzuelos arrogantes y maleducados: Cuanta felicidad nos ha traído Zapatero en esta legislatura, si es que algunos no hemos terminado de tener un orgasmo detrás de otro. Un orgasmo detrás de otro. Nunca había tenido yo tantos orgasmos. Primero los que me da mi marido y luego los que me da Zapatero, orgasmos democráticos.
Para empezar, deberías caer en la cuenta de que estás haciendo carrera y medrando por tu condición sexual. Eso se llama prostitución. ¿O piensas que tus cargos políticos se deben a otras cualidades? Tu eres el señuelo de ZP para atraer el voto gay. Un mero instrumento, una atracción de feria que se mantendrá abierta mientras sea rentable. Declaras que la condición sexual no debe ser motivo de discriminación y tu vives, precisamente, de tu condición sexual. Incongruente.
Propones que las manifestaciones religiosas se limiten al ámbito privado pero organizas cabalgatas de exhibicionistas amén de procurar y financiar con mis impuestos la visibilidad del colectivo gay. Incongruente.
Te parecen rancios y desfasados los modelos de familia tradicional pero consideras una conquista histórica el haber alcanzado su equiparación legislativa con las uniones homosexuales. Incongruente.
Sois estériles porque buscáis el mero placer sin abriros al don de la vida, pero reclamáis adopciones proclamando un supuesto derecho en el que no cuentan los derechos del niño, al que consideráis un mero objeto de satisfacción personal. Incongruente.
Hacéis escándalo y escarnio de la Iglesia a partir de unas mínimas excepciones en los abusos sexuales del clero sin caer en la cuenta de que estos abusos se han cometido debido a la orientación homosexual de los abusadores, y no a su condición clerical. Incongruente.
Identificáis las tendencias homosexuales que se hayan podido fraguar en el desarrollo de una persona con la promiscuidad y el exhibicionismo. ¿Es que todo aquél que tiene tendencias homosexuales las alimenta y las explota haciendo ostentación de ello? Sabes que no y que muchos homosexuales están hasta la coronilla de que se haga bandera política de su condición sexual. Incongruente.
Vendéis la condición antinatural del comportamiento homosexual como un triunfo de la inteligencia humana sobre las estrictas leyes naturales. Del mismo modo cabría calificar el Holocausto judío, el empleo de las bombas atómicas o la masacre silenciosa del aborto. Incongruente.
Muchos estamos hartos de tamaño despotismo y muchos otros soportan vuestras imposiciones como un cateto peaje de la modernidad. Pero los emperadores desnudos y bravucones acaban por ser descubiertos. Ahórranos tan desagradable descubrimiento y deja a nuestros hijos en paz.
Mariano Bailly-Bailliere Torres-Pardo