La gestora de fondos DWS, perteneciente al grupo alemán Deutsche Bank aprovechó la junta de accionistas de Telefónica para anunciar el 1,7% de la compañía. Fue la sorpresa del día. DWS es la marca que utiliza el primer banco alemán en su mercado minorista. Dicho de otra forma, no se trata de una participación estratégica del Deutsche. El representante de DWS avaló la gestión de César Alierta.
Por lo demás, la junta de accionistas de Telefónica correspondiente al ejercicio de 2004 ha transcurrido tal y como se preveía: en medio de una bronca monumental provocada por los sindicatos minoritarios, sobre todo los anarquistas de CGT, y por los sindicatos abertzales (especialmente los nacionalistas de ELA y los batasunos de LAB). Entre todos ellos no alcanzan el 20% de la representación de los trabajadores de Telefónica, pero han formulado entre la mañana y el mediodía del martes 31, más de 30 preguntas, o, mejor dicho, más de 30 discursos. Es, con mucho, la Junta mas movida de toda la economía española.
Por otra parte, también estuvieron presentes las asociaciones de accionistas de Terra, unos inversores cargados de razón, pero a los que ha desprestigiado el hecho de que una de sus asociaciones, ACCTER, solicitara dinero a la direccion de Telefónica para dejarles tranquilos. Tampoco faltó a la cita Sintel, a pesar de que la empresa ha entrado en beneficios y parece tener el futuro despejado. La bronca ha llegado tan lejos que, un año más, muchos accionistas se han dirigido a la compañía para quejarse porque les resulta imposible seguir la Junta o participar en ella.
Por lo demás, pocas novedades. El presidente César Alierta informó sobre el beneficio obtenido por la compañía en el primer trimestre del presente ejercici 912 millones de euros, un 36% más que en el mismo periodo de 2004.
Telefónica es hoy la tercera teleco del mundo por capitalización, después de la anglo-norteamericana Vodafone, y de la estadounidense Verizon. Quizás por ello, y para marcar distancias respecto al líder mundial Vodafone, una empresa jovencísima que no pose telefonía fija, Alierta ha vuelto a insistir en la necesidad de lograr una telefonía integral: El cliente ya no se conforma sólo con el acceso a Internet, sino que de forma creciente orienta sus preferencias hacia las ofertas integradas (voz, imagen internet). Eso sí, se le olvidó mencionar que la integración primera es la de fijo y móvil, aquella que las empresas se niegan a abordar por la diferencia de tarifas entre ambos servicios.
El hecho es que, a día de hoy, Alierta vive y reina en Telefónica. Nadie parece capaz de cuestionarle y el crecimiento experimentado en 2004 ha forjado una Telefónica que está a punto de alcanzar los 150 millones de clientes.
Como curiosidad, en 2004 los cinco consejeros ejecutivos de telefónica (César Alierta, Luis Lada, Mario Vázquez, Antonio Viana-Baptista y Antonio Alonso Ureba) se repartieron 5,3 millones de euros en concepto de retribución fija más otros 2,6 en retribución variable.
Los seis consejeros dominicales (representantes de algún socio de referencia) se repartieron 1,1 millones de euros. Al tiempo, los ocho consejeros independientes (nombrados por el presidente, es decir, muy dependientes) se embolsaron 1,5 millones de euros durante 2004.
Y lo que quizás sea la cifra más representativa: la alta direccion de Telefónica se llevó 6,9 millones de euros, a repartir entre siete personas. Salen a un millón de euros por cabeza, pero cuidado con las medias ingles, dado que entre ellos figuran dos directivos con rango de presidente: Julio Linares, presidente de Telefónica en España y Jose María Álvarez-Pallete.