- Ortega Lara vuelve a colocar a VOX como partido abortista, al admitir excepciones al derecho a la vida.
 - A Rajoy parece importarle poco el resultado: cierre de campaña en un hotel en las afueras de Madrid.
- Valenciano insiste en la libertad de la mujer para abortar... y se extiende en cifras y conceptos que no comprende. 

 

Impulso Social se ha quedado solo en la defensa de la vida (bueno, junto al izquierdista SAIN, ambos de origen cristiano). Lo dice hasta la Plataforma Enraizados según los criterios de voto para los cristianos de la Conferencia Episcopal Paneuropea, tras comparar los programas. Y claro, el que salva los principios no negociables de Benedicto XVI es... Impulso Social.

El primero de esos principios es el derecho a la vida. Bueno, en este caso no digo nada nuevo si recuerdo que el PP es un partido abortista. Aunque en su programa electoral de las generales hablaba del derecho a la vida, eso ya es una coña que ni los más incautos se creen. Pero VOX se presentaba como un partido que defendía la vida y muchos católicos le creyeron. En Hispanidad hemos desmontado el mito. VOX no es más que un partido similar al PP que quiere pasar del derecho al aborto de la ley de 2010 al aborto despenalizado de la ley 1985. Ya saben, la que provocó 112.000 abortos.      

Por si no había quedado claro, esta actitud tibia, es decir, pro-muerte, volvía ser ratificada ayer miércoles por Ortega Lara, en Intereconomía. Estoy contra el aborto pero no del todo, vino a ser su argumentación. Y ya sabemos lo que eso supone: ley de 1985, es decir, 112.000 abortos anuales, sobre todo mediante el coladero del peligro para la salud psíquica de la madre.


Para demostrar quién manda en Europa, Merkel advierte que ni Juncker ni Schulz tienen por qué presidir la Comisión. Entonces, ¿qué peso tiene el voto ciudadano

Total, que Impulso Social se queda como la única alternativa para un católico. Bueno, y SAIN. Es curioso que los partidos instalados los califiquen -sin citarlos expresamente, claro, no vaya a ser que los profanos se interesen por ellos- de ultras. Impulso Social sería la ultraderecha y SAIN la ultraizquierda. No tienen nada de ultra, ni el uno ni el otro. Simplemente son partidos de ideario cristiano. Pero ya saben, para el discurso cultural imperante si eres católico eres ultracatólico. Olvídense del insulto 'ultra' y a correr. Esas son las dos únicas opciones para que un cristiano vote en conciencia.

Por lo demás, las euroelecciones siguen marcadas por el desinterés de los ciudadanos por Europa y, lo que es mucho más grave, por el desencanto popular con el proyecto europeo.

Y la verdad es que no me extraña. Europa se ha convertido en el continente decadente, de la decadencia cristiana, y ya se sabe que no hay nada más pésimo que la corrupción de lo óptimo.

Luego está el engaño de esas elecciones. Elegimos un Parlamento europeo que nos describen cada día más poderoso. Hombre, sí, porque representa a más países. Pero si al mismo tiempo, la señora Merkel deja de apostar por los cabezas de lista de la derecha e izquierda europeas -Juncker y Schulz-, y al final, al sucesor de Durao Barroso le van a elegir, no los parlamentarios escogidos por el pueblo sino los jefes de Gobierno -esto es, Angela Merkel- pues mire usted, para ese viaje no hacían falta esas alforjas. Alemania no quiere una Europa unida, sino un Alemania más fuerte con muchos protectorados a su alrededor. Eso ni es cohesión europea ni perrito que nos ladre.

No es de extrañar que el mitin estrella del PP, el de cierre de campaña, se perpetre en un hotel de las afueras de Madrid, enfrente del aeropuerto de Barajas, hoy Adolfo Suárez.   

Además, Juan Español puede no saber de qué se ocupa la Comisión Europea, pero sí le están vendiendo Europa como la meca elegida para los audaces y, al mismo tiempo, contempla cómo Elena Valenciano, líder del PSOE, no habla de Europa y se dedica, como si se tratara de unas elecciones generales en España, a decir que lo importante es echar al PP, bueno, entonces no me extraña, aunque hay que luchar contra ello, que la gente apueste por quedarse en casa no tomarse la molestia de ir a votar. Valenciano desprestigia la elección: la libertad que predica es la libertad de la mujer para matar a su hijo en su propio seno; habla de conceptos y cifras que no entiende, por ejemplo, el déficit público, la única gestión positiva del Partido Popular y los 20.000 millones que según ella no le van a salir.

Y de postre, mete en campaña -española, no europea- al primer ministro socialista de Francia, el peligroso Valls... no para defender su idea de Europa sino para asegurar que no le gustan los recortes del PP. Todo muy europeo y europeísta.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com