Como acertadamente anuncia la publicidad, Diario de una niñera es una comedia sobre "la alta sociedad vista desde abajo". O lo que es lo mismo: descrita desde el punto de vista de alguien del servicio doméstico: la niñera.
Annie Bradock es una joven de clase trabajadora que, tras acabar sus estudios universitarios, se encuentra totalmente perdida sin saber a donde dirigir sus pasos profesionales. Por un equívoco provocado por su nombre es confundida con una nanny (niñera), y eso le impulsa a Annie a dedicarse, durante unos meses, a cuidar al niño de la casa de una familia de la alta sociedad de Nueva York. Allí descubrirá que "los ricos también lloran" y que detrás de los oropeles también se encuentra la infelicidad.
La parte cómica y enternecedora del largometraje corre a cargo de la relación que mantiene la "nanny" con el niño. Un pequeño al que sus padres dedican muy poco tiempo, preocupados más por su formación intelectual que por darle afecto. El niño es la verdadera "victima" de una familia con fuertes carencias afectivas.
Pero la película, a pesar de centrarse en el duelo que mantienen ama-niñera, está favor del sexo femenino. Porque el verdadero malvado de la historia es el esposo: un hombre desapegado de su familia, egoísta y clasista, al que en la película no se le exhibe ni una sola cualidad. No hace falta que les comente que Diario de una niñera no es un relato circunscrito a la alta sociedad neoyorkina, porque algunos personajes y situaciones absurdas que se describen en la película las pueden encontrar en cualquier barrio alto de nuestras ciudades acudiendo a las puertas de los colegios elitistas.
Para: Los que les gusten las comedias femeninas