La irritación crece entre los empresarios más significativos: tras el desastre Marsans, Gerardo Díaz Ferrán debería dimitir. Así se lo solicitó Confemetal, la patronal más importante de la Confederación, pero él se niega.
Y ojo, porque si él no dimite no hay forma de cesarle ni de convocar elecciones.
Miriam Prat
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