Tras la debacle electoral de los socialistas portugueses, su líder, José Sócrates, ha dado un ejemplo de dignidad democrática.
No ha buscado excusas de mal perdedor ni se ha refugiado en palabras huecas. Ha asumido su responsabilidad personal en la derrota, ha cogido los bártulos y se ha ido, dimitiendo de todos sus cargos en el partido socialista.
Qué ejemplo para otros que se aferran al coche oficial, al sueldo vitalicio y la poltrona por encima de derrotas democráticas en las urnas y del interés general del país. ¿No, señor Zapatero?
Pilar González Rodríguez