Sr. Director:

The Economist, que en su número especial con ocasión del cambio de milenio publicó la nota necrológica de Dios, ahora, ocho años después, confiesa que se precipitó.

 

En un amplio informe, reconoce que, contra el pronóstico secularista, la fe sobrevive y en los últimos años da muestras de renovada energía y mayor influencia en los asuntos del mundo. Así, para un responsable político sería un peligroso error ignorar o preterir la religión. Henry Kissinger no prestó atención al factor religioso en su magna obra Diplomacia, y hoy admite que se equivocó.

Kissinger y The Economist no fueron los únicos. "Desde la Ilustración, ha sido un canon del pensamiento progresista -escribe John Mickletwalt, director del semanario británico- que la modernidad (...) haría desaparecer la religión. Está claro que no ha sido así".

El reciente despertar religioso es sobre todo el mentís de la realidad a la ideología, como el propio Economist advierte en el editorial del mismo número: "La idea de que la religión ha reaparecido en la vida pública es hasta cierto punto ilusoria. De hecho, nunca desapareció, al menos no en la medida imaginada por políticos franceses y profesores americanos".

Sería bueno que algunos de nuestros políticos tengan en cuenta las rectificaciones de The Economist, de Kissinger, de... El hecho de que el Papa, Benedicto XVI, esté siendo aclamado en los Estados Unidos es un hecho que lo corrobora.

Jesús Domingo Martínez

jdmbanyos115@gmail.com