El Congreso de los Diputados ha aprobado por unanimidad la Ley de Violencia de Género, actualmente remitida al Senado. Durante el trámite parlamentario, la especial protección de género se transformó por el concepto de vulnerabilidad, lo que da paso a la protección especial de ancianos, niños y discapacitados. A pesar de esta ampliación, De la Vega considera que la ley no se ha desnaturalizado. Argumenta que la extensión de la normativa no implica la pérdida de la filosofía del proyecto gubernamental, sino que la amplía.
Sin embargo, el Gobierno sí considera que desnaturalizaría la ley si se ampliase a las agresiones que sufren los hombres a manos de sus mujeres o ex mujeres. Desde el Instituto de la Mujer insisten en que por "violencia de género" se entiende tan sólo la violencia ejercida por los varones agresores hacia las mujeres víctima. Un concepto que no terminamos de entender toda vez que la violencia existe.
Desde la web del Instituto de la Mujer, se ofrecían los datos de la violencia en ambas direcciones. Pero, desde hace tres meses, el dato de varones fallecidos a manos de sus mujeres ha desaparecido. No obstante, conservan la estadística facilitada por Interior, que señala que, hasta el mes de agosto de este año, han perdido la vida a manos de sus parejas 42 mujeres y 8 hombres. Es decir, que el 16% de la violencia de género durante 2004 tiene como víctimas a los varones. El mismo porcentaje que en 2003, cuando perdieron la vida 66 mujeres y 13 hombres.
En cuanto a las denuncias, las cifras cambian. A mes de septiembre, 29.062 mujeres habían presentado denuncias de malos tratos, frente a los 15.819 varones. Es decir, el 66% de las denuncias eran presentadas por ellas frente al tercio de ellos. Otra vez de nuevo, una realidad no escondible. Pero el discurso del Instituto de la Mujer se escuda en la definición de "violencia de género" dada por Naciones Unidas. Y la Secretaría General de Políticas de Igualdad del Ministerio de Trabajo reitera el discurso.
Y así es como se ha mantenido la discriminación penal positiva hacia las mujeres, a pesar de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alertara de que podría ser constitutiva de resultar anticonstitucional. Una advertencia que también realiza el diario El País en su editorial del viernes 8.
Al margen de su encaje legal, no parece tener sentido que se ningunee una realidad que existe y que no es marginal. Endurecer la violencia doméstica parece una medida correcta para evitar el drama de encontrar la muerte donde se esperaba la felicidad. Pero realizarlo de manera asimétrica sólo despierta la temida guerra de sexos y desgraciadamente no propicie la solución al problema que todos denunciamos. Sin formación para el matrimonio y la convivencia, no existe garantía de estabilidad en el hogar. Y la inestabilidad, genera violencia. Lástima que Sus Señorías hayan perdido la ocasión para ejercer un poco de "pedagogía".