Más dinero -perdón, más capacidad de endeudamiento- para Grecia que no soluciona, sino que agrava la situación helena, porque incrementa su deuda, la soga que le asfixia. Y ahora Moody's reduce la calificación de la deuda lusa hasta el nivel del bono basura. Siempre he sospechado que las tres grandes agencias de riesgo, Fitch, S&P y la mencionada Moody's, trabajan para una Internacional leninista en la sombra encargada de acabar con el sistema capitalista desde el mismo corazón de Occidente, pero no puedo probarlo.
Es decir, con los famosos rescates para salvar a Grecia hemos hundido a Grecia y ahora vamos a hundir a Portugal. Visto el fracaso de Atenas uno se pregunta cómo no hemos reflexionado con Lisboa o con Irlanda. Juan Pablo Colmenarejo, en La Linterna de la COPE, nos pregunta siempre a los tertulianos del equipo económico si España puede necesitar, también, otro rescate. La respuesta no puede ser sino condicional, que a fin de cuentas el futuro es un niño en las rodillas de los dioses. Si seguimos por el camino que ahora mismo transitamos, por supuesto que sí.
Lo que está ocurriendo en esta Europa plutocrática, siempre pendiente de proteger las rentas de capital de los ricos, es una especie de fatalismo. Alguna sierpe maligna nos debe tener hipnotizados, bajo el principio de "¿No quieres caldo? Dos tazas". En lugar de ayudar a los griegos con trasferencias de fondos les proporcionamos capacidad para endeudarse más hasta que, necesariamente, quiebran. Para eso, sería mejor dejarles quebrar ahora. Sólo sufrirían los griegos pudientes, y perderían después de haberse forrado. (Los especuladores alemanes, franceses o norteamericanos, que obligan a Grecia a pagarles intereses de hasta el 25%). ¿Por qué no se marchan los especuladores? Pues porque saben que pueden apretar lo que quieran al Tesoro griego, dado que Europa y el FMI, acudirán en su socorro. La hipnosis de los salvamentos continúa.
¿Terminará la crisis algún día? Con rescates, jamás. Con la política de rescates hemos entrado en la crisis permanente.
Eulogio López
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