Sr. Director:
Cada vez que cojo el coche para viajar me sorprendo con nuevos anuncios en la carretera sobre las campañas para impedir los accidentes: el teléfono móvil, la velocidad, el cinturón de seguridad Todas ellas destinadas a proteger la vida.
En periodos en que se realizan más desplazamientos, no sólo las campañas se avisan en las carreteras, sino que en los medios de comunicación nos bombardean con imágenes dramáticas para evitar esas conductas de riesgo. En ellas vemos secuelas físicas y psíquicas de un accidente de tráfico.
Eso está bien. Hay que velar por la vida. Pero ¿por todas las vidas? Las cifras del aborto en España que hemos conocido recientemente son escalofriantes: 85.000 niños han perdido la vida. Las madres que tomaron esa difícil decisión, que acabó con la vida de su hijo, sufren el síndrome post-aborto, que se podría equiparar a una depresión grave y duradera. Aquí también tenemos secuelas físicas y psíquicas. Pero no las vemos.
Y yo me pregunto ¿Para cuando esa campaña destinada a evitar tantas muertes y tanto sufrimiento a causa del aborto? ¿Para cuándo esas alternativas informadas, esas medidas disuasorias? ¿Es que todo ese dolor no merece ser evitado? ¿Esas vidas no merecen ser vividas? ¿Todavía no son suficientes las cifras para hacernos reaccionar?
Hace falta esa campaña. La estamos esperando.
María Dolores Valdés Pérez
mdval@ono.com