Una de las perversiones más peligrosas para el lector, que debe ser el rey del proceso informativo. Si ese anunciante paga pero no se muestra, el lector no puede sacar conclusiones.
La otra técnica perversa -ésta muy de moda en TV- consiste en periodistas convertidos en anunciantes… y hasta en su mismo espacio informativo.
Al final, lo que se está generando son unos medios capaces de arrasar con vidas privadas y con políticos, pero nunca con los grandes anunciantes o con los poderes económicos. En cualquier caso, si te dedicas a la información, no te convierte en anunciante.
Eulogio López
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