• El especialista insiste en que hay que pararle los pies a la termosolar.
  • Están en juego las primas a los 2.000 MW renovables, propiedad de seis empresas.
  • La más afectada sería Abengoa, que posee 680 MW.
  • Además, la Triple A no encuentra ahora compradores, ante la incertidumbre sobre las ayudas públicas.

El último paquete de medidas en materia energética, con subida de la tarifa de la luz en un 7% no resultó un éxito de imagen para el Gobierno. La reducción del déficit no fue suficiente y una vez más pagaron el pato los consumidores -y un poco, sólo un poco, las compañías eléctricas-. Sin embargo, el causante del déficit, las subvenciones a la energía solar, no se han tocado, especialmente las ya preasignadas.

Nada se puede hacer ya con la fotovoltaica, porque el mal ya está hecho, pero sí se pueden detener las centrales de termosolar, que serán las principales causantes del déficit de tarifa durante los próximos años, por las elevadas subvenciones que dirigen.

Fue una solución de compromiso que impuso el ministro José Manuel Soria (en la imagen) pero que no ha gustado nada al secretario de estado, Fernando Martí, quien insiste en que las medidas hasta ahora adoptadas no acabarán con el déficit de tarifa.

Hablamos de 2.000 MW fuertemente subvencionados, que se reparten entre seis empresas: Abengoa (680 MW, un 29% del total), ACS (400 MW), Acciona (250 MW), la alemana Milenium (150 MW), Elecnor (150) y Grupo Sener (120 MW).

Martí no ha cedido y ha terminado por conseguir que el ministro hable ahora de la reforma energética que irá en breve al Consejo de Ministros y que el ministro Soria expondrá en el Parlamento.

Por cierto, las eléctricas ya han recibido su varapalo y no esperan otros, así que ahora es la Triple A (Abengoa, ACS y Acciona) quien más presiona para que Martí no se salga con la suya.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com