En la antigua Roma, alguno decían preferir una República corrupta a un Imperio tiránico y por lo general también corrupto. Esa podría ser la tesis de la durísima carta envida por el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, a la presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, después de que ésta reconociera que no hay que demonizar al dictador venezolano Hugo Chávez. Pérez da cuenta de algunas de las situaciones que se viven en Venezuela especialmente del control que posee el Ejército sobre los ciudadanos a mayor gloria del militar Chávez. Es más, golpeando donde más duele (Bachelet es hija de un represaliado de Pinochet) Pérez le recuerda el apoyo venezolano a la oposición al Régimen de Pinochet y le pregunta cómo hubiesen reaccionado los chilenos si un mandatario extranjero hubiese pedido no demonizar a Pinochet, cuando éste se encontraba en el poder.
Asimismo, se queja Pérez del silencio cómplice internacional ante la opresión que sufren los venezolanos.