Isabel Durán. Que ha escrito el libro La gran revancha, junto a Carlos Dávila, en el que habla del abuelo de Zapatero, comentaba que este libro nace por ese revisionismo histórico que impregna la legislatura de Zapatero. Desde el mismo discurso de investidura reivindica la memoria de su abuelo. Y da instrucciones a De la Vega para que se establezca una comisión interministerial para hacer una ley de Memoria histórica que pretende dividir a los españoles entre las dos españas.
Ha contado Durán que Zapatero, cuando ya es secretario general del PSOE, levanta un monolito en los montes de León. El abuelo de Zapatero estaba ahí, a 6 km del frente y en lugar de incorporarse al frente republicano, se va a León que ya es nacional. Ahí es detenido y el 18 de agosto es fusilado. Hay un viejo socialista republicano que estuvo en la cárcel del abuelo de Zapatero y el nunca pudo entender por qué en vez de incorporarse al frente, vuelve a Léon. En esa trayectoria militar del abuelo hay dudas extrañas. Cómo era posible, si había participado tan meritoriamente en la represión de los mineros, cómo era posible que se le eche del ejército. Descubrimos que el abuelo de Zapatero es agente doble. Se le abre un expediente sancionador, y aparece toda la trama del abuelo de Zapatero.
Sobre la pertenencia a la masonería del abuelo de Zapatero, Durán ha explicado que es la clave que oculta Zapatero. El abuelo de Zapatero es el fundador de una de esas logias que se ocultan en una institución. Zapatero, tres días antes de aprobar la ley de la memoria histórica, va a la fundación de su abuelo.