- La familia asume con sentido sobrenatural el fallecimiento del religioso de la Orden de San Juan de Dios.
- "Lo único que pido es que todo esto que se ha organizado sea para que los países ricos ayudemos a los que lo necesitan", dice la prima del religioso.
- "La vida y la muerte del Hermano Miguel es un indicador más de la donación radical que contemplamos en cada uno de nuestros misioneros esparcidos por los cinco continentes", señala el director de Obras Misionales Pontificias.
- El lenguaje para mostrar las condolencias por el fallecimiento no tiene nada que ver cuando lo emplea un misionero o un partido político, aunque todos lo lamentan.
La reacción familiar a la muerte de sacerdote español Miguel Pajares, infectado por el ébola y repatriado a España no ha podido ser más positiva (en otras palabras, más ajustada al dictado divino de la cosas). "La noticia nos ha sorprendido pero creo que es un final feliz, quizás el mejor, aunque parezca una barbaridad, porque si Miguel (en la imagen atendiendo a pacientes) tiene que vivir con la pena de la muerte de sus compañeros del Hospital San José no hubiese podido estar en paz". Así lo ha explicado a Europa Press la prima del religioso, Begoña Martín, tras enterarse por los medios de comunicación de la muerte.
Martín no confiaba en exceso en la recuperación de su primo, a pesar del medicamento ZMapp, llegado de Estados Unidos y que se le estaba aplicando desde el fin de semana al religioso, explica la agencia. "Confiaba en un cincuenta por ciento en que pudiera salvarse", asegura la prima del religioso, que eram miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD).
Tras la muerte del religioso español, la familia confía en que ahora el esfuerzo se vuelque en ayudar a los países afectados por el ébola como Liberia. "Lo único que pido es que todo esto que se ha organizado sea para que los países ricos ayudemos a los que lo necesitan", ha añadido Begoña Martín.
"La vida y la muerte del Hermano Miguel es un indicador más de la donación radical que contemplamos en cada uno de nuestros misioneros esparcidos por los cinco continentes", ha señalado el director de Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil, en un comunicado. Además considera que su muerte "es una oportunidad para recordar a tantos otros que de manera más discreta y silenciosa entregan su vida en la misión", así como "una nueva oportunidad para reconocer la labor humanitaria y evangelizadora de estos testigos de la fe".
Por su parte, la OHSJD ha agradecido en su página web todas las muestras de apoyo que ha recibido "desde las administraciones públicas, de la sociedad en general y particularmente el buen hacer de los profesionales del hospital que han atendiendo al Hermano Pajares". Asimismo han señalado que esta Orden no dará entrevistas ni declaraciones.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com