Sobre la mesa del Consejo de Ministros se encuentra la posibilidad de intervenir en alguno de los bancos españoles, como ya han hecho otros gobiernos. BBVA y Santander ya rechazaron la semana pasada esta idea, mientras que, en la misma línea, el consejero delegado de Sabadell, Jaume Guardiola, señaló que su banco no necesita que el Estado tome parte. Guardiola no descartaba en cambio que se hiciera en otros bancos.
La misma pregunta, lanzada por Hispanidad al consejero delegado de Bankinter, Jaime Echegoyen, provocó las risas de algunos de sus directivos. Algo temerario, porque también Mario Conde se rió cuando días antes del 28 de diciembre de 1993 le preguntaron si el Banco de España iba a intervenir el banco.
Echegoyen considera que Bankinter tiene solvencia suficiente y que los analistas han avalado la solidez de la entidad. Comparándose con los otros bancos intervenidos, cree que no están en la misma situación: No lo podríamos entender. Sin llegar a poner la mano en el fuego, el consejero delegado de Bankinter asegura que el modelo de negocio de la banca española es sólido, rentable e independiente.
Aunque admite que no tiene información detallada sobre las tripas de sus competidores, Echegoyen opina que las inyecciones de capital en los bancos deben realizarse con transparencia y sin alterar la libre competencia. Se refirió especialmente a la ventaja competitiva que adquieren los bancos europeos que con ayuda pública de sus Estados se sitúan en mejor posición que los bancos españoles.
Por lo demás, Bankinter presentó unos resultados con los que su consejero delegado se muestra muy satisfecho: Nos daríamos con un canto en los dientes si repitiéramos estos mismos resultados en 2009. Sin embargo, el beneficio neto ha sido de 252,3 millones de euros, un 1,6% superior al de 2007 sin contar extraordinarios. La morosidad ha crecido hasta el 1,34% desde el 0,36% del pasado año. Continúa siendo la menor de la banca europea e inferior a la media del sistema español, que ya se encuentra en el 3,63%, pero las pérdidas por deterioro de activos son de 193 millones de euros, por lo que suponen el 75% del beneficio del banco.