Ya hemos dicho que el proyecto de Ley de Igualdad de Trato no es más que un ataque a los cristianos, el enésimo ataque de Zapatero en materia de ideología de género, que una vez más, me temo el PP apoyará, porque Mariano Rajoy es prisionero del virus feminista y de los tópicos de esta estúpida guerra de sexos que vivimos.

Como no podía ser de  otra forma, una de las muchas perlas que penden de esta ley Pajín consiste en retirar cualquier tipo de ayuda a la educación diferenciada, es decir, a los centros escolares sensatos que no mezclan niños con niñas.

La intelectual ministra de ZP habla de segregación, pero lo cierto es que mezclar niños y niñas es perjudicial porque, hasta la vida adulta, lo único que se consigue es que anden a palos. Lógico: nada más distinto a un niño sin desasnar que una niña sin desasnar. Además, las niñas maduran antes que los niños y la mezcla puede resultar explosiva.

Pero todo esto es una coña: la negación de la financiación pública a la educación diferenciada no hace falta que sea regulada: ya se hace en la práctica. Sólo que ahora, por aquello de molestar, Pajín quiere convertirlo en norma.

Ahora bien, la clave sigue estando al fondo: en el cheque escolar. Como si hubiera bono escolar, serían los padres los que decidirían si su hijo debe ir a un colegio mixto o a uno segregado. Y no tendría que darle explicaciones a Pajín.

El problema es que ni el PSOE ni el PP quieren oír hablar de cheque escolar.

Eulogio López

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