Se suponía que la legalización del aborto iba a representar una gran libertad para las mujeres; pero ha tenido el efecto perverso de liberar a los hombres y de atrapar a las mujeres, asevera Stith.

Desde el momento en que se puede aislar el sexo de la procreación, muchos adolescentes no se pierden el regodeo carnal ya que el aborto es un medio más para terminar con un estado de buena esperanza, no querido. Algunos especulan: En el caso de que algo falle y ella se quede embarazada, siempre podrá recurrir al aborto.

La legitimación del aborto otorga al varón un nuevo medio para lograr lo que desea. Es cierto que en los terruños en vía de desarrollo, donde la joven depende del varón: En una cultura que está construida en buena medida sobre el machismo, la legalización del aborto coloca a las mujeres en una posición inferior; el aborto concede a los hombres un gran poder para manipularlas como objetos sexuales.

Esta legalización hace que baje la simpatía hacia las adolescentes que disponen seguir adelante con el embarazo. Desde el momento en que una chica decide dar a luz, la compasión hacia ella se debilita. Podía haber puesto fin a todos sus problemas si hubiera abortado.

No reciben ayuda, quienes determinan tener el niño, se encaran a la más profunda soledad y amargo silencio. A la más absoluta indiferencia. Puesto que sólo la madre tiene derecho a elegir que el hijo nazca, el padre puede concluir que el bebé es culpa suya.

Cuando se aprobó el aborto, los hombres empezaron a pensar que no eran responsables del niño y que tampoco tenían obligación de casarse. A medida que gana terreno la opción por el aborto, más mujeres pierden la posibilidad de casarse.

La joven está en peor situación si se detecta, durante el embarazo, que el bebé es incapacitado. La mamá se queda sola con su derecho a elegir, como la única responsable. Por primera vez en la historia, el padre, el médico y el seguro médico la pueden señalar con el dedo como la persona que permitió que viniera al mundo un ser humano inconveniente.

Clemente Ferrer 

clementeferrer@yahoo.es