Hemos sufrido durante tres días la agitación en la enseñanza y muchos relacionados directamente con los temas educativos pensamos que así no se mejora.
Pero la extrema izquierda había preparado otra semana de propaganda en las calles e institutos públicos contra la reforma educativa que prepara el Gobierno.
Una reforma que, como señala la secretaria de Estado de Educación, es una necesidad ineludible para corregir las disfunciones de un sistema caro e ineficaz que ha puesto a España en los últimos lugares en rendimiento escolar y en primeros puestos de abandono y fracaso escolar.
El que el sistema actual deje en la cuneta a más de uno de cada cuatro jóvenes no parece importar a la izquierda ni al sindicato por ella manipulado.
Jesús Martínez Madrid