Que el vicepresidente económico se ha convertido en el Iker Casillas del Gobierno, es algo que reconoce hasta él mismo con sorna en los ámbitos empresariales. En varias ocasiones ha reconocido que debe gestionar las tentaciones de gasto de los ministros más jóvenes del gobierno. O sea, que le toca apagar demasiados fuegos, entre ellos los del mismo Presidente, que como el del anuncio promete que esta ronda, la pago yo. Da igual si son astilleros, transportistas o pescadores. ZP echa mano a la cartera y soluciona los conflictos a cuenta del presupuesto. ¡Será por dinero; si es lo único que tenemos!
Pero ahora le acaban de meter otro gol. Tras la aprobación de la Ley de Dependencia, el asunto económico-financiero había quedado en nebulosa. Pero hete aquí que Caldera sale a los medios para cortarle el paso a Solbes afirmando que el programa consiste en una aportación estatal de 12.638 millones de euros para el periodo 2007-2015 que se complementará con una participación idéntica por parte de las CCAA.
Para empezar, surge el problema de las CCAA. Porque si el dinero sale de sus presupuestos, las cortes regionales deberán de pronunciarse al respecto, como recuerda la secretaria popular de políticas sociales, Ana Pastor. Pero cuando se le pregunta a Caldera de dónde saldrá el dinero -pequeño detalle- responde cortante que de los presupuestos.
El problema es que quizás los próximos presupuestos no lo aguanten todo. Además sorprende que la dependencia se garantice y los conciertos educativos queden sujetos a las disponibilidades presupuestarias. Pero lo más interesente: cuando a Solbes se le pregunta sobre la cuestión de la dependencia, siempre parece incomodarle: ya veremos, discutiremos la cuantía más tarde, etc. De hecho considera que la actual partida de 100 millones de euros para 2006 es suficiente, el doble que la del ejercicio pasado... pero 10 veces menos que lo anunciado por Caldera.
Según algunas quinielas, Caldera estaría de los primeros en la lista en una eventual crisis de Gobierno. Y la mejor manera de salir de esa crisis es anunciar populismo con pólvora del Rey coincidiendo con la presencia del rey de los populistas, el autodefinido como 'Che Guevara de los votos', Evo Morales. El conflicto está servido y doble contra sencillo a que no pasará mucho tiempo hasta que Solbes trate de rebajar las aspiraciones del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.