Lourdes es un santuario mariano que cuenta con un equipo médico de cualquier religión o cualquier ateismo para intentar demostrar que los milagros que allí se "perpetran" tiene una explicación natural. Sólo que a veces fracasan,
Benedicto XVI ha aprovechado su viaje a Lourdes (http://www.eglise.catholique.fr/benoit-xvi-en-france/videos/videos.html) para darse un paseo por París, porque en Francia todo ocurre, al parecer, en París.
Y nuevamente ha puesto orden en eso de la laicidad, que tampoco es tan difícil, ¿Se imaginan a Zapatero reconociendo, como ha hecho Nicolás Sarkozy, que no es precisamente el personaje más pío del continente, la aportación fundamental del cristianismo a la construcción de Europa?
Lo que está claro es que al ataque, y es ataque visceral, a la Iglesia Católica procede de Europa pero, muy especialmente, de la católica España, donde soplan los vientos del anticlericalismo feroz de la desamortización decimonónica y de la II República.
Por cierto, aviso para algunos católicos, afortunadamente pocos: ser antisemita es ser anticristiano, No lo digo yo, lo dice, con esa profunda sencillez que le adorna, Benedicto XVI.
Eulogio López