Esto de la integración de los colectivos excluidos está muy bien. Sólo que la integración la terminamos pagando todos. Y al final, algunos se verán tentados a encontrarse entre ese colectivo para poder acceder al dinero público destinado a esos fines. Por ejemplo, los inmigrantes absorben el 100% de las becas del ayuntamiento de Barcelona para los libros de texto. Lo mismo ocurre con los otros trabajos sociales. La urgencia de las demandas inmigrantes hace que mucho del dinero de los ayuntamientos destinado a programas sociales se vea redirigido al trabajo de la integración de inmigrantes.
Pues bien, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido ahora integrar a los top manta. Para ello ofrecerá un puesto de trabajo remunerado con 1.000 euros al mes para realizar trabajos en la lucha contra incendios o limpieza de los grafitis. Esos que la ministra de Cultura, Carmen Cavo, consideraba los quijotes transgresores del siglo XXI. El coste total del programa asciende a 460.000 euros. Paga Clos. O sea, los sufridos habitantes de la Ciudad Condal.