Explica en su boletín el mantenimiento de los tipos de interés al 1%

 

Habla de perspectivas de alza de los precios debido a los precios de la energía y las materias primas. Aconseja a los países de la zona euro para que cumplan sus objetivos de déficit.
No se sabe si España está intervenida de hecho, pero llama la atención que todos los consejos que el Banco Central Europeo (BCE) ofrece a los países de la zona euro son idénticos a las palabras que escuchamos cada día a los políticos españoles.
En su último boletín mensual correspondiente al mes de diciembre de 2010, el BCE ha ofrecido una visión de la situación económica actual de la zona euro y ha explicado la decisión de mantener los tipos de interés en el 1%. Según él, el valor es el apropiado para afrontar la situación actual.
Además, se habla de una presión alcista a corto plazo sobre la inflación debido, principalmente al precio de la energía que ha provocado en el mes de diciembre una subida de los precios hasta el 2,2%, tres décimas más que en el mes de noviembre, pero que se espera que se pueda estabilizar a medio plazo, manteniéndose en esos números.
El BCE también prevé una cierta mejoría en la economía como consecuencia de los datos positivos del PIB del tercer trimestre de 2010, aunque también se percibe cierta incertidumbre debido, de nuevo, al crecimiento de los precios del petróleo y de otras materias primas. Pese a ello, se espera que las exportaciones de la zona euro aumenten debido, principalmente, al crecimiento internacional.
Y ante esta situación, el BCE ofrece unas recomendaciones a los países de la zona euro, que, vaya coincidencia, son casi idénticos a los planes que traza el Gobierno. Por un lado, lucha para lograr los objetivos de déficit, a través del equilibrio presupuestario y, en caso de necesidad, aplicación de nuevas medidas adicionales en lo que se refiere al gasto. De esta manera, se lograrán reducir las primas de riesgo en los tipos de interés. Y eso es justamente de lo que más se habla en nuestro país.
Pero además, deben aplicarse reformas estructurales sustanciales (¿les suena reforma laboral, reforma de las pensiones?) y de gran alcance para mejorar las perspectivas. Para lograrlo desde el BCE se pide un mayor esfuerzo para eliminar las rigideces en los mercados laborales, lo que contribuirá al proceso de ajuste de estas economías (lo que no está claro es qué piensan los sindicatos y peor aún, qué harán cuando estas medidas procedan de un partido llamado socialista). Además, deben ir respaldadas por mejoras de la estructura del sector bancario, que en España significa eliminación de todas las cajas de ahorro y conversión en bancos.
En definitiva, ¿quién niega que España no está intervenida?
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com