Hispanidad anticipó la noticia que otros medios de papel reprodujeron después: el Grupo Sánchez-Ramade se vio obligado a presentar concurso de acreedores tras las presiones del BBVA. El objetivo del banco es hacerse a buen precio con la empresa más rentable del grupo andaluz, DIASA, dedicada a la informática.
Este martes se daba un paso más hacia la desintegración de Sánchez-Ramade, después de que el Juzgado Mercantil de Córdoba haya aceptado la solicitud del concurso de acreedores presentada por Noriega, la división inmobiliaria del grupo, que cuenta con una deuda de 1.162 millones de euros.
Miriam Prat
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