El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, ha fijado sus esperanzas en el cable. Y eso a pesar de que, de momento, la división cablera sigue enfrentando dificultades. Pero para el presidente crecer de medio millón de clientes a 650.000 es un crecimiento muy superior al 7 por ciento del negocio tradicional. Además, fija en el millón de abonados el umbral de rentabilidad y aspira a alcanzar los dos millones. ""Imagínate llegar a dos millones de clientes de poder adquisitivo a los que les vas a vender de todo: el partido de fútbol, el Wall Disney, la tarifa plana de Internet, el coche", explica a Hispanidad.com.
Un negocio que tiene su adelanto en Estados Unidos donde los cableros están adquiriendo todo tipo de negocios gracias a su extraordinaria liquidez. Esta es la primera apuesta estratégica de Endesa. La segunda son las telecomunicaciones. La filial de telecos de la eléctrica ha quedado subsumida en el gran proyecto de Auna, que es el que más alegrías ha dado a Pizarro el pasado ejercicio, fecha en la que alcanzó el beneficio de 180 millones de euros con ocho millones y medios de abonados y cuyos beneficios alcanzarán los 800 millones de euros en 2006, según las previsiones de Endesa, propietaria de un tercio de la teleoperadora por el que pagó 2.000 millones de euros.
Sobre el PLC, sin embargo, se mostró menos optimista. Cree que es una interesante apuesta para el mercado doméstico, pero es consciente de que el proyecto todavía se encuentra en período de pruebas. El test de Zaragoza funcionó razonablemente bien y la comercialización está avanzando, pero sin tirar cohetes. Por cierto que quien está vendiendo el paquete de PLC, gas y electricidad es Auna y no Endesa porque el regulador impidió dedicar un solo euro de la tarifa a actividades diferentes a las reguladas. No sólo eso, sino que incluso llegaron a sugerir la fijación de una tasa por el uso del PLC.
Por otra parte, la compañía se encuentra en un momento de consolidación tras la digestión de las operaciones italianas y americanas. "El año pasado tuvimos la incertidumbre por las elecciones en argentina y Brasil y una crisis de confianza trasladada a los mercados financieros. Pero ahora estamos en momento de extraer valor", señaló Pizarro. Y es que Endesa ha conseguido reducir la deuda de 21.000 millones a 17.000, que, tras renegociaciones se sitúa en torno a los 7.000 millones. Una cifra catalogada como "muy razonable".
Ahora se trata de extraer valor y la gerencia se muestra optimista. "Tenemos una buena cartera, un portafolio bien diversificado y estamos tranquilos. Ahora tenemos que ir a más porque tenemos las bases bien asentadas", señala Pizarro. De hecho, la compañía dispone de 13.100 millones de euros para afrontar eventuales adquisiciones o inversiones. "En principio no haremos ninguna operación corporativa, pero estaremos atentos a las oportunidades que se nos pongan a tiro y sean interesantes en precio", señala el presidente de Endesa. La misma filosofía que la practicada con Auna. "Estamos contentos, pero si alguien nos ofrece 5.000 millones de euros, o sea, PER 20 sobre 800 millones, seguro que vendeos y ya haremos otra cosa", explica Pizarro. De momento, se invertirán 1.000 millones en incrementar la potencia en la central de ciclo combinado de San Isidro en Iberoamérica y quizás una central de Gas Camisea en el Perú. El resto de destinará a mantenimiento, sobre todo en distribución. "En muchos países tenemos sobrecapacidad y lo que tenemos que hacer es aprovechar el crecimiento orgánico en estos países para rentabilizar mejor esas inversiones", señaló Rafael Miranda, consejero delegado de Endesa.
En cuanto a la deficiencia de suministro en Argentina, Rafael Miranda explicó que se está haciendo un intercambio en la línea Brasil-Argentina, aunque alertó sobre la posibilidad de que el desabastecimiento argentino pudiera afectar a los países limítrofes como Chile. "Quiero reflexionar sobre la complicación de tener dependencia exterior en materia de energía", señaló al hilo de la pregunta. Reflexión hecha.
Miranda también se refirió sobre el mercado ibérico de la electricidad, cuyo inicio está previsto para el próximo 20 de abril, y destacó estar a disposición de lo que decidan los gobiernos. "Nosotros estamos a favor del mercado ibérico de la electricidad, pero aceptaremos lo que nos digan los gobiernos". Una postura prudente mantenida también entorno a la posibilidad de operaciones de concentración en el sector.
Por último, Pizarro se mostró partidario de incorporar en la tarifa el impacto medioambiental en caso de aplicarse Kyoto. "Queremos ducharnos con agua caliente, pero no queremos que el cable de alta tensión pase por nuestra casa y eso es imposible", explica Pizarro, quien, además, se mostró preocupado por la creciente dependencia energética del gas argelino: "El agua supone hoy el 15 por ciento y no puede subir. La nuclear es el 25 y tampoco puede subir por la moratoria. El carbón no nos gusta porque no es ecológico. Sólo nos queda la alternativa de crecer por el gas con el riesgo de que te pongan una bomba y te dejen sin suministro". Más claro, agua. Más reflexión sobre la dependencia energética del exterior.