Por ambos desastres, el Parlamento argentino recupera protagonismo y la impunidad de la presidenta y su esposo es discutida por primera vez. Felipe González cenó en la Casa Rosada para apoyar a ARSA: el dinero hace extraños compañeros de cama

Parecía imposible poner en solfa la impunidad del matrimonio Kirchner, pero sus errores con la disparatada fiscalidad que se pretendía imponer a los agricultores -aunque también habría que discutir los porcentajes que se reparten propietario y labriego en la aparcería argentina- y el caso Aerolíneas Argentinas -o el caos en el estratégico transporte aéreo argentino, que es lo mismo- han puesto a la cleptocracia Kirchner contra las cuerdas.

Por una parte, la nacionalización de ARSA decretada por el Gobierno de Cristina Fernández parecía indicar mano dura con el grupo Marsans, hasta ahora propietario de Aerolíneas y responsable del desastre de la compañía. Pero a muchos les resulta sospechoso que, siendo ARSA el responsable del caos, habiendo recibido ARSA regalada del Gobierno español, además de 758 millones de dólares del Gobierno español y subvenciones del Estado argentino, imputado por desvío de fondos... aún se le quiera indemnizar. Por eso, Cirielli, antiguo alto cargo de los Kirchner, se rebela, y por eso la oposición exige que no se pague ni un peso a Marsans.

¿Que es lo que ocurre ahora en Argentina? Pues que existe la sensación de que la nacionalización esconde, a la vez, un nuevo fraude, o contubernio entre el Gobierno Kirchner y el grupo Español, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, en un banquillo madrileño por desvío de fondos públicos. Si no, vean lo que publica Ámbito Financiero, con documento adjunto.
Éramos pocos y la abuela se dedica a coquetear. En la noche del miércoles cenaba en la casa rosada el ex presidente del Gobierno español Felipe González, al que los medios argentinos califican como el lobista de las empresas españolas. Y, en efecto, venía a apoyar una indemnización para Ferrán y Pascual. Y es que el dinero hace aún más extraños compañeros de cama que la política. Porque Felipe Gonzáelez, creemos, sigue siendo socialista, mientras que para los dos propietarios de Marsans, Manuel Fraga es un peligroso liberal de izquierdas.

Sí, el Parlamento argentino vuelve a ejercer de parlamento gracia al campo y a ARSA. Sólo por eso, enhorabuena.