La Fundación Vida añade miga en torno al presunto asesino Carlos Morín. "El reciente ‘caso Morín' ha servido para constatar que en pleno siglo XXI existen en España pequeños ‘mini-Auschwitz' donde se priva del derecho a la vida sin miramientos, se mata sin escrúpulos, y los restos humanos son triturados y convertidos en una pasta que acaba en el desagüe", afirma Manuel Cruz, director de la Fundación Vida.

"Para las entidades defensoras de la vida, el ‘caso Morín' no ha sido ninguna sorpresa. Lo llamativo sigue siendo la insensibilidad con que la sociedad acepta tanto el aborto ilegal como legal provocado. Se ha descubierto en pleno siglo XXI un ‘mini-Auschwitz', y el Gobierno, los partidos políticos y hasta las instituciones presuntamente defensoras de los derechos humanos o de la infancia nos brindan su silencio, sin que esa destrucción de seres humanos merezca un mínimo comentario", sigue diciendo Manuel Cruz.

"Frente a la tentación de querer que la práctica del aborto se limite o se reduzca a los límites establecidos por la ley, la Fundación Vida quiere recordar que es inadmisible un solo aborto provocado, porque, de igual modo que ningún ser humano debió morir nunca en Auschwitz, no debe matarse deliberadamente a ningún no nacido. En aquellos casos que un ser humano concebido no fuera deseado, es el Estado quien debería realizar una función subsidiaria para acogerlos primero y luego darlos en adopción. Y en los casos que hay riesgos de salud, la medicina hoy es capaz de poner a salvo la vida de la madre, sin necesidad de recurrir al aborto directo, aunque se pueda derivar la muerte del bebé, de forma no buscada", afirma el directivo de Fundación Vida.

"Los certificados falsos, las ecografías modificadas o la falta de formación específica para realizar una determinada actividad abortiva, no pueden desviarnos de que el aborto provocado no debería darse nunca, porque matar a un ser humano es del todo impresentable hoy en nuestra sociedad. No se trata de elevados argumentos espirituales -que los hay-, o profundos debates morales. Es cuestión de mera humanidad, y el ‘caso Morín' ha venido a ser un test en el que se manifiesta la dureza e inhumanidad del corazón humano", sigue diciendo Manuel Cruz.

Si el aborto surgió y se ha desarrollado principalmente en el comunismo de la Rusia soviética, no es de extrañar que ahora siga siendo IU la principal promotora del aborto libre. "Quieren pasar por pacifistas e impulsan la guerra intrauterina; dicen que defienden a las mujeres, pero promueven el intenso trauma a la mujer que aborta y al niño o niña que muere; lo consideran un ‘negocio privado', pero en realidad es un mini-Auschwitz donde reina el terror y la muerte. Por ese camino, la izquierda radical debería replantearse su postura de desprecio a la vida, o acabará desapareciendo del mapa político", termina diciendo el directivo de la Fundación Vida.

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