Lo escribe el consejero delegado del Banco Santander

El católico no vive para este mundo, vive en el mundo, pero no para este mundo. Este mundo y todo lo que él conlleva (riquezas, salud, progreso, etc.), no son no pueden ser- su felicidad, ya que tiene puestas sus miras en el Paraíso. El creyente está de paso: su fin es alcanzar la bienaventuranza a través de sus acciones terrenas.

¿Quién ha dicho eso? ¿Benedicto XVI? No, Ha sido el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, en el prologo de un interesante libro de reciente edición: Economía global y Moral Católica, de Ediciones Cristiandad. Se trata de una conversación entre un intelectual y un banquero, entre Ettore Gotti Tedeschi y Rino Cammilleri, sobre la globalización y el capitalismo.

No se le puede negar a don Alfredo que tiene ideas muy claras.