Sr. Director:
Lo mejor de los trenes gallegos no es su velocidad, sino su lentitud.
La lentitud de nuestros trenes, aunque no lo parezca, también tiene sus ventajas.
¿Cuántas aventuras, romances, pasiones, concubinatos, adulterios, amancebamientos, contubernios, barraganías, parejas de hecho, parejas de desecho, noviazgos y hasta bodas habrán comenzado en los trenes? ¡Cuántas cosas se pueden pensar, desear y hacer yendo a 48 kilómetros por hora como en el tren que va de Coruña a Ferrol!
El tema es apasionante y daría para escribir muchos libros. Lo que no es tan apasionante es tardar tres horas para ir de Monforte a Coruña. Vamos, que ni llevando a Paris Hilton de compañera de asiento, que además de estar de muy buen ver, es la heredera de 1.410 millones de dólares USA, procedente de los Hoteles Hilton de su abuelo, Barron Hilton.
Para los nostálgicos, ahí va la letra entera de la canción.
No se me quejen.
A Lisboa en tren de lujo yo viajaba
y a mí lado muy galante un portugués
al momento un gran amor me declaraba
a mayor velocidad
que nos llevaba aquel exprés.
Al compás del chachachá
del chacachá del tren:
¡Qué gusto da viajar
cuando se va en el tren!
Pues parece que el amor
con su dulzón vaivén
produce más calor
que el chacachá del tren
Al regreso de la tierra de los fados
muy atento y muy cumplido el revisor
el billete me picó moito obrigado
declarándome que estaba
muertecito por mi amor.
Al compás del chacachá...
Xoán Xulio
xoanxulio@yahoo.es