Algo ha cambiado en tres años de crisis: Paul Volcker ya no duda en hablar de especulación financiera, aunque pocos hagan algo por evitarla. Y ahora viene el bueno de Trichet y, si bien no ha aprendido que él es uno de los motores del excesivo endeudamiento de la sociedad europea, sí sabe que las agencias de riesgo son una panda de miserables con intereses espurios. Los mismos que otorgaban las máximas calificaciones a los bancos y sociedades financieras norteamericanas culpables de la crisis, ahora se ensaña con la deuda española o portuguesa.
Trichet, como buen francés, un país donde confluye y se pegan las influencias sajona y latina, debería haber concretado más aunque supongo que es mucho pedir. En efecto, las agencias forman un oligopolio pero que, obedecen, principalmente, a esquemas anglosajones, por lo que son mucho más producentes con los anglosajones que con otros países. El mayor culpable de la crisis fueron los mercados financieros norteamericanos, así como sus bancos de inversión. Sin embargo, las tres grandes agencias, han sido extraordinariamente bondadosas con ellos.
Nadie sabe los criterios que siguen estos sátrapas de la economía financiera que, además, no dan razón de sus actos a nadie y encima cobran de aquellos a los que fustigan. En mi opinión se puede y se debe terminar con ellos, empezando por no contratarles. Lo suyo es un chantaje mafioso pero en esto son peores que Vito Corleone, porque Corleone, cuando le pagabas, te protegía, oiga usted.
Por lo demás, la función de las agencias de riesgo es perfectamente suprimible. Por tanto, lo que debe hacer Trichet es solicitar a los 27 países miembros de la UE que dejen de pagar a las agencias de riesgo. Si lo hiciera un sólo país se prestaría a la sospecha, pero sí lo hacen los 27, o al menos toda la zona euro, las que se hunden no son las economías euro, sino las agencias de riesgo. Lo cual sería, sencillamente maravilloso.
Eulogio López
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