• En el fondo, para pagar a los bonistas a los que no puede pagar con un beneficio que no tiene.
  • Algo así como empezar la casa por el tejado, mientras continúa sin vender activos vendibles. Por ejemplo, Santillana.
  • Y en el entretanto, sigue negociando la refinanciación con los bancos, algunos de los cuales se verán obligados a convertirse en accionistas del Grupo.

Ya hemos dicho que el grupo PRISA está en quiebra técnica. Sólo que ahora Juan Luis Cebrián, su presidente, acaba de rizar el rizo: ha comunicado a la CNMV una ampliación de capital por 55 millones de euros que no es tal ampliación. Se trata de pagar con ello a bonistas a los que no podría pagar de otra forma.

Es como empezar la casa por el tejado pero, en la práctica, lo que se pretende es seguir aguantando una situación insostenible.

Y encima los bancos acreedores, con quien PRISA negocia una refinanciación, se verán obligados, dada la situación a la que Juan Luis Cebrián (en la imagen) ha llevado a la empresa, a entrar en el accionariado de una PRISA cuyo patrimonio es cero.

Lo más curioso de todo esto es que Cebrián insiste en mantener intacto todo el entramado -el que le otorga su poder político- cuando cualquier gestor en su situación se habría dedicado a vender activos vendibles, por ejemplo, Santillana o Digital .

Pero claro, si Cebrián recorta su poder, ¿quién mantendría las esencias progresistas de España

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com