En octubre de 1990 el "Póntelo. Pónselo" invade España. Campaña publicitaria que manejó todos los medios de comunicación y consiguió varios galardones en los diversos festivales publicitarios. El Gobierno socialista de entonces mal gastó, en dicha campaña, 3,7 millones de euros. Tres años después, la Audiencia Nacional estableciera su eliminación por cavilar que instigaba a la promiscuidad. También, en 1997, se emite una nueva campaña, centralizada de nuevo en el empleo del condón: tuvo poca repercusión. La última iniciativa nos se nos expone de la zarpa del nuevo ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, y de la mano de Internet. A través del Messenger, los adolescentes logran preguntar sus prevenciones sobre la libídine, las bebidas etílicas y estupefacientes. Sin embargo, muchas investigaciones determinan que este tipo de campañas ajustadas en testimonio biológico, no son eficientes. Se ha comprobado, en todo el orbe, que el condón no es la solución, así lo define el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Atlanta (centro mundial de seguimiento del Sida); 150 expertos de 36 países en la revista The Lancet; investigadores del Naval Research Laboratory de Washington; médicos de las universidades de Maastrich, Zurich y La Sorbona; el Journal of the American Medical Association, miembros de la Academia de Medicina de Francia; doctores del Long Beach Memorial Hospital y de la Asociación de Bancos de Sangre de Estados Unidos. Todos afirman que la clave esta en el "AB": abstinencia y fidelidad. Clemente Ferrer Roselló clementeferrer@yahoo.es
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El condón no es seguro
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