Como buen amigo de Zapatero que es, reproduce el mensaje de La Moncloa, obsesionada con eliminar a los "confidenciales"

Lo contaba PRNoticias y responde con fidelidad a lo que ocurrió durante la comparecencia de José Luis Ulibarri en Madrid. Ulibarri, amigo personal de Zapatero es un personaje que se ha cuidado siempre de contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas, e igual tiene en su grupo a Miguel Alejo, delegado del Gobierno en Castilla León, que obtiene buenos réditos de la Junta Autonómica, del popular Juan Vicente Herrera. De cada uno se puede sacar aportaciones de diverso signo. Por ejemplo, de éste último, un trato agradable por parte de Caja España.

Ulibarri ha hecho dinero con la construcción pero también con la comunicación, sector mucho más complejo y para el que se necesitan más apoyos. Le salió mal la TV por cable RETECAL, así que se la colocó a ONO. Ahora tiene una red de 9 emisoras locales en Castilla y otra de media docena de Valencia, además de un puñado de emisoras de radio y tres diarios en León, Brugos y Soria.

Por aquello de crear riqueza y pluralismo, y aprovechando que La Junta no ha creado una cadena autonómica, Ulibarri se ofrece a crear la suya propia, y aún está dispuesto -si será tolerante- a contar con un competidor. Al final, es lo mismo, porque casi la mitad de la publicidad corresponde a la Junta, las diputaciones provinciales y los municipios. O sea, una cadena privada financiada con dinero público.  

Pues bien este es el personaje, accionista de un medio digital, dispuesto a echarle una mano a la clase política. Así, no se cortó un pelo al solicitar la regulación -forma fina de llamar a la censura- de la prensa independiente de Internet, la única independiente que subsiste, porque, según él, algunos medios digitales son muy frívolos, y Ulibarri es un tipo muy serio.

A él no le molesta que ni a su propio medio, a su propio confidencial, le regulen, entre otras cosas porque donde va a obtener réditos un constructor como Ulibarri, no va a ser de la prensa independiente de Internet -cuya dimensión empresarial es muy pequeña- sino de sus relaciones políticas tan necesarias en el sector audiovisual y en de la promoción inmobiliaria.

Viniendo de uno de los protagonistas, la sugerencia regulatoria de Ulibarri tiene su peso, porque ahonda en la tesis monclovita de que los ‘confidenciales' son muy peligrosos. De hecho, los enemigos de la prensa independientes son ya tres: Moncloa, los señores de la prensa... y José Luis Ulibarri.