Sr. Director:
Leo en una conferencia del entonces Card. Ratzinger que impartío en la Universidad de la Sorbona en 1999, lo siguiente: el cristianismo no quiso ser una religión entre otras sino el triunfo de la inteligencia sobre el mundo de las religiones y que la convicción de que el cristianismo es una filosofía, la filosofía perfecta, la que pudo penetrar hasta la verdad, permaneció vigente tiempo después de la era patrística...Cierto, no se entendía únicamente con ello la filosofía como una disciplina académica de naturaleza meramente teórica, sino también y sobre todo, en el plano práctico, como el arte de vivir y de morir justamente, un arte que, empero, sólo se logra a la luz de la verdad. Es decir que el cristianismo no es una religión entre las religiones sino la religio vera. Que sorprendentes, ciertas y esclarecedoras son estas palabras, que si se analizan en profundidad nos dicen que las demás religiones o ideologías son utopías que no se encuentran en la res, en la realidad, sino en el mundo de las ideas.
Entre estas religiones-ideologías, que se refieren a una actividad cultual están las mitologías griegas, el culto a los dioses romanos, el marxismo con el culto a su dios (la revolución mundial), el nacionalismo, con su culto a la nación, a la vuelta al hombre nacional primitivo, como propugnó Hitler y demás religiones que adoran a sus dioses particulares que no tienen que ver con el Dios verdadero, el que se hizo hombre: Jesucristo. Es por ello que no hay mayor enemigo de un Estado marxista que el cristianismo, como lo fue de Roma en sus inicios, pues ambos tienen su propia religión, la que les sirve para sus intereses de poder.
Juan Fernández Gonzalez
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