Pienso que todos los que seamos católicos y funcionarios del Estado que trabajamos en la docencia debemos obedecer cuanto antes la disposición del Congreso sobre los símbolos religiosos.
Se me ocurre que en sustitución de dichos símbolos religiosos pongamos en la pared alguna obra de arte. Por lo que a mí respecta voy a poner en mi despacho el Cristo de Velázquez.
Javier Paredes
Catedrático de Historia Contemporánea
Universidad de Alcalá