La renovación del PP consiste en la "jubilación" de todos aquellos políticos que pudieran defender algún valor. Suenan ya los tambores del próximo Congreso que el PP celebrará en octubre. Algunas fuentes aseguran que Zaplana y Gallardón ocuparán puestos en la dirección del partido. Otras señalan que Rajoy podría adelgazar su organigrama "para hacerlo más ágil".

 

En cualquier caso, parece que tanto Ángel Acebes como José María Michavila quedarán "amortizados". Algunos aseguran que el partido les colocó en puestos clave para chamuscarles tras el desastre de las elecciones europeas. Pero las europeas no han ido tan mal y la excusa es difícil de aplicar.

 

De confirmarse la salida de Acebes y Michavila se consolidaría la pérdida de dos figuras vinculadas al movimiento Regnum Christi (Legionarios de Cristo, no Guerrilleros de Cristo Rey, señor Anasagasti). A esta salida habría que sumar la "comisión de servicios" del democristiano Mayor Oreja, abandonado por el partido en su propuesta de suspender un proceso electoral en caso de un atentado terrorista.

 

Y más, porque Loyola de Palacio ya ha anunciado que se tomará un "año sabático" cuando termine su mandato en la Comisión de Energía y Transporte de la Unión Europea. De Palacio había manifestado públicamente su voluntad de regresar a España, pero no ha encontrado acomodo en el PP vasco, que ha preferido nombrar a la que fuera secretaria de Gregorio Ordóñez, la "autóctona" Maria San Gil Noain, una mujer sin más contenido político que la defensa de la españolidad del País Vasco.

 

La renovación del PP debe de consistir en la amortización de todo aquel que tenga un perfil cristiano, por muy remoto que este sea... ¡Viva el centro-reformismo!