Sr. Director:
Paralelamente a la universalización de la información se asiste a una carencia de imparcialidad, en beneficio de los poderosos intereses económicos y políticos. Los asuntos tratados y el enfoque dado a los mismos se hacen sesgadamente, en detrimento del rigor del que, quienes tienen el deber de informar, deberían hacer gala y objetivo.
Resulta en cierto modo antagónico que, en un momento en que se dispone de una mayor disposición de recursos, la forma y tratamiento de la información, sea casi exclusivamente una lanzadera del poder para canalizar la opinión pública en el sentido buscado.
Dilucidar sobre la información que los medios transmiten y lo que la sociedad demanda, adolece de base y cobertura cuando nos encontramos en una situación en el que la imparcialidad y objetivos del comunicador están en entredicho y, el ejercicio de la libertad y de la democracia, en el escenario descrito, resultan cuanto menos utópicos.
Un buen ejemplo de lo expuesto con anterioridad, lo constituye lo ocurrido con la intervención de las sociedades filatélicas, Afinsa y Fórum, del trato unidireccional de los acontecimientos, de la falta de rectificación ante las noticias sin contrastar o revocadas, del excesivo énfasis dado a noticias de importancia menor y del escaso eco o silencio ante el escenario jurídico de aplicación al caso.
Antonio Pérez Gallego