Se trataría de homologarlo con la Reserva Federal norteamericana
Ben Bernanke, presidente deEl discurso imperante en Europa exige que, cuando se dice algo como esto, te ponen delante la distinción entre los objetivos de la Reserva Federal (PIB e inflación, y los del Banco Central Europeo -sólo inflación-. Ahora bien, eso es una definición, no una explicación; una descripción, no una razón.
En cualquier caso, los americanos aportan soluciones -mejores o peores- mientras Europa no llega a ponerse de acuerdo sobre si hay crisis o no la hay, así como sobre el alcance de la misma. Como acertadamente apunta El País "Los europeos sólo hablan de la crisis; mientras Washington rebaja de nuevo los tipos".
Por eso, en ambientes políticos europeos, y el origen parece estar, cómo no, en el país de Nicolás Sarkozy; se quiere plantear el debate sobre el cambio de Estatutos, de tal forma que al actual, y único, objetivo del BCE, la lucha contra la inflación, se une cierto desvelo por el crecimiento económico, ergo por la creación de empleo.
Más que nada, porque si ya el sentimiento europeísta anda bajo mínimos, la gente ahora, con la crisis, empieza a contemplar a Francfort (y a Bruselas, que en el subconsciente colectivo es una misma cosa) como esos señores que nunca ayudan y que, encima, cuando llega la crisis, se dedican a subir el coste de la amortización de la hipoteca.