Puede ser una mera casualidad –o lo que es más increíble, una coincidencia- pero resulta llamativa la imagen. El primer ministro chino Wen Jiabao, anuncia que el país más poblado del mundo, y la tiranía más peligrosa de la humanidad, reconoce el derecho a la propiedad privada. No es mucho, pero es algo. A fin de cuentas, la propiedad privada es un derecho humano, no el más importante, pero tan importante como cualquier otro.
Incluso más: no es un derecho capitalista, sino un derecho del hombre. El capitalismo sólo defiende el derecho a la iniciativa económica, el derecho a hacer negocios. Como para hacer negocios se necesita una mínima propiedad (salvo los mercados financieros modernos, que han logrado hacer negocios siempre con "el dinero de los demás"). El sujeto del derecho a la propiedad privada no es la empresa, como predica el capitalismo y ahora el comunista chino Wen Jiabao, sino la persona. Una cuestión abstrusa que se vuelve sencilla con las palabras de Chesterton: "Un carterista es, sin duda, un campeón de la empresa privada… Lo importante del capitalismo y del comercialismo es que han predicado la extensión de los negocios en lugar de la preservación de las posesiones… Lo importante del comunismo es que sólo reforma al carterista prohibiendo los bolsillos". Mucho me temo que la propiedad privada china sea eso: la libertad del carterista, campeón de la empresa privada, que no de la propiedad privada.
Pero, en el entretanto, contemplen el dedo de Wen Jiabao. Los estudiosos de la masonería aseguran que los ilustrados llevan un par de decenas de décadas exhibiendo el dedo índice como signo de reconocimiento. Sé que en el siglo XXI la liturgia masónica ha cambiado mucho, y que el Nuevo Orden Mundial (NOM) no necesita de logias, que a la era de las conspiraciones ha sucedido el tiempo de los consensos, y que las revoluciones sangrientas han sucedido las blasfemias mediáticas, pero los objetivos apenas han cambiado. Lo de Jiabao puede ser una coincidencia, un tic de la oratoria… o puede ser una tarjeta de presentación ante el nuevo consenso mundial, que unos llaman fraternidad universal, otros alianza de civilizaciones, y algunos cursiladas aún más gordas, pero que nosotros, aquí en el pueblo, conocemos con la esotérica denominación de "el dedo de Jiabao".
¿Qué apuestan a que, a partir de ahora, aún se alaba más a China en Occidente?