Prejubilado forzoso de Endesa, indemnizado por Manuel Pizarro, que le acusaba de ‘traidor', negocia ahora la salida de sus antiguos compañeros de dirección. Fue director financiero y director de Endesa para Iberoamérica. Procedente de Mckinsey, Rivero es el nuevo asesor energético de José Manuel Entrecanales y negocia la salida de Endesa de directivos que fueron antiguos compañeros suyos. Por su parte, los italianos de ENEL insisten en que hay que respetar al equipo ejecutivo, al menos en un primer momento, y que Rafael Miranda debería quedarse

Confirmado: Luis Rivera, está asesorando a José Manuel Entrecanales para Endesa, la gran inversión energética de la firma. Curioso, porque en plena OPA de Gas Natural sobre la eléctrica, el entonces máximo responsable de la División Internacional, para ser exactos de Iberoamérica, y antes director financiero, es decir, el que mejor se conoce la compañía, fue despedido por Manuel Pizarro, que le acusaba de traidor. Se le indemnizó con generosidad y se le prejubiló en las mejores condiciones, aunque sólo llevaba un lustro en la compañía. Pizarro consideraba que no podía mantenerse en la cúpula un ejecutivo que remaba en dirección opuesta a todos los demás, que andaba enfrentado con Gas Natural y a favor de E.ON.

A comienzos de año, apenas tres meses después, en los correos electrónicos enviados al Juzgado de Nueva York por Acciona, aparece ya el nombre de Luis Rivera, un dato muy comentado en Endesa. Ahora se confirma la noticia porque, aunque todavía no se ha abierto el periodo de suscripción de la OPA de ENEL-Acciona, resulta que Rivera está dirigiendo el proceso de selección de los ejecutivos que se van y de los ejecutivos que se quedan. Más de uno tiembla en Ribera del Loira, sede la eléctrica. Ahora es él quien decidirá a sus futuros compañeros.

El asunto tiene su enjundia, porque canto se supone que un prejubilado sigue siendo trabajador de su empresa, y que no puede acoger otro trabajo, y mucho menos en empresa competidora, sin permiso de quien le paga.

En cualquier caso, Rivera conoce como nadie la compañía y sus consejos le vienen muy bien a José Manuel Entrecanales, que mantiene un pulso abierto con los italianos de ENEL. Ésos son partidarios de no herir más susceptibilidades de las estrictamente necesarias. En concreto, los italianos hablaban de mantener a todo el equipo directivo, incluido el consejero-delegado, Rafael Miranda. Al menos durante los primeros meses. La salida de Pizarro, que se despedirá de los accionistas en la Junta del próximo día 20 del presente mes, era suficiente. Además, no olvidemos que según el acuerdo entre la constructora española y la eléctrica pública italiana, el presidente lo nombraría Acciona y el CEO era cosa de los italianos. Pues bien, Fulvio Conti optaba, y aún opta, por Miranda.

Fue Miranda quien fichó a Rivera, llegado de McKinsey, pero también fue Miranda el que se distanció de él cuando se opuso a la estrategia defensiva de Endesa. Y más: fue Miranda el más enfadado cuando en la compañía empiezan a percatarse de que Acciona tiene una información muy precisa sobre la misma, tras el despido de Rivera.

En cualquier caso, alguien debería preguntarse si resulta ético, y hasta estético, que un ejecutivo despedido por una empresa opada, asesore, tres meses después, al opador. Eso sí, Rivera habla inglés, algo muy útil en una Acciona cuyo equipo directivo tiene déficit de angloparlantes.