El domingo 27 ha tenido lugar la canonización de dos papas, canonización que han proclamado dos papas más.
En total han intervenido 4 de los últimos que ha tenido la Iglesia Universal. Estos cuatro Papas, uno del siglo pasado, otro ha estado a caballo entre los dos y dos de este siglo.
Este evento ha reunido en la Ciudad Eterna a cerca de un millón de peregrinos llegados de todas partes del planeta. Todos han llegado con la intención de agradecer a los dos nuevos Santos favores materiales y/o espirituales, recibidos en primera persona o por seres queridos.
Algunos de estos no tenían fe, otros gracias a estos santos han recibido la vacación al sacerdocio, muchos han conocido su vocación al estado religioso o a vivir una vocación laical en medio del mundo a través de las JMJs u otros viajes que ambos realizaron por casi todos los continentes.
Todos han querido asistir a la canonización, que ha concelebrado el Papa Francisco y ha participación Benedicto XVI, de los dos papas, más universales y carismáticos del Siglo XX, pues ambos recibieron en vida el afecto de todo el mundo: de católicos, cristianos y hasta de no creyentes.
Estos han subido a los altares y forman ya parte del calendario de los Santos. Los dos Papas del siglo XXI, Benedicto y Francisco, tienen una forma de hacer y de decir que nos sorprende a todos. El Papa emérito Benedicto, con su forma teológica y profunda, ha mostrado, a los jóvenes y menos jóvenes, una manera de llegar a Dios a través de la razón, contradiciendo el racionalista i relativismo imperantes en nuestro tiempo.
Francisco, con su proximidad y afabilidad está llegando a todos y comienza a ser reconocido por casi todos. Los católicos de este siglo tenemos una gran suerte al poder contar, simultáneamente, con cuatro de las Papas más carismáticos de la Iglesia Católica.
Pedro J. Piqueras Ibáñez