El PSOE utilizó al periódico de Polanco para destituir a Martín Marín, mientras presionaba a los accionistas privados
Con esta maniobra, el Gobierno Zapatero pretende provocar el pánico entre los presidentes no afines de compañías privadas
El diario El País ha saldado sus cuentas pendientes con Pedro Antonio Martín Marín, presidente de la empresa Hispasat y ex secretario de Estado de Deportes y de Comunicación con José María Aznar. En una operación perfectamente coordinada, entre las empresas públicas accionistas de Hispasat (INTA, CDTI, SEPI y Casa-EADS), el Gobierno Zapatero consigue, no sólo cortarle la cabeza a su enemigo político, sino amedrentar, más bien aterrorizar, a todos los presidentes de empresas privadas privatizadas.
En la mañana del viernes 23, El País titulaba: "Hispasat aborda la destitución de Martín Marín por la entrada de Abertis". Un titular que en 12 palabras dice dos mentiras. No ha sido Hispasat quien se ha planteado la destitución, sino los accionistas públicos. El presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, el verdugo más eficaz de la nueva administración socialista en la esfera empresarial y en la propia Hacienda, se ponía en contacto en la tarde del jueves 22, no sólo con El País, para proporcionarle la exclusiva (falsa, pero exclusiva), sino con los tres grandes accionistas minoritarios: AUNA (17,6%); Telefónica (13,2%) y BBVA (10,7%). Al decir de una fuente interesada, la respuesta de los tres fue equívoca, especialmente la de Telefónica, grupo del que procedía Martín Marín. Es decir, no fue Hispasat quien le cesó. Sino el PSOE utilizando a El País o El País utilizando al PSOE.
Segunda mentira: Abertis no sólo no era la perdición de Martín Marín, sino su salvación. Ignora y oculta El País que Martín Marín es uno de los políticos y ejecutivos más próximos a Florentino Pérez, el socio de La Caixa en Abertis. Abertis estaba dispuesto a comprar, no sólo la participación (27,7% de Hispasat) de Eutelsat, sino la participación de los tres socios privados españoles, que conjuntamente suman más del 40% del capital. Eso sí, como ya ha informado Hispanidad, los tres socios exigen que la empresa se valore en 1.000 millones de euros, el precio al que entró Eutelsat.
Respecto a Eutelsat, lo cierto es que el socio industrial enemigo jurado de ASTRA, la empresa de satélites que trabaja para Vía Digital, está dispuesto a comprar o a vender, pero no a quedarse en la actual situación.
Por tanto, el Gobierno Zapatero ha conseguido su segunda victoria en aquellas empresas que controla sólo parcialmente: primero, el cese de Pedro Mielgo en Red Eléctrica, ahora el de Martín Marín.
Marín era enemigo jurado de Jesús Polanco. En Prisa-Sogecable le consideran responsable del poco caso informativo que les hacía el Gobierno Aznar, y, sobre todo, le consideran responsable de ser uno de los ideólogos del Gobierno en materia de comunicación contra Prisa. El director de El País, Jesús Ceberio, prometió venganza cuando Martín Marín (elecciones generales de 2000) se empeñó en que el entonces candidato Aznar no le concediera ninguna entrevista a El País. Ahora, han conseguido vengarse.
Al mismo tiempo, con el cese de Martín Marín, el PSOE puede continuar su acoso contra los presidentes de empresas que no controla, sobre todo las privatizadas, pero a las que puede presionar por distintas vías, especialmente si se trata de sectores regulados.
El mayor problema consiste en que los hoy presionados Francisco González (BBVA) y César Alierta (Telefónica) constituyen otros dos objetivos del PSOE. Se trata de crear el efecto dominó para que todas las piezas caigan una a una.
En cualquier caso, Martín Marín pasará a la historia como el primer presidente cesado por un periódico. Polanco vuelve así a parecerse demasiado al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, cuya supervivencia depende de una exhibición permanente de poder, exhibición que se concreta en conseguir la cabeza de un ministro, de un empresario, de un prohombre de la cultura, etc.