El Boletín de la entidad había publicado un informe según el cual las rentas empresariales -como siempre- subían más que las salariales. Rubio llamó cabreado -cosa más bien connatural en él- a Asiaín para recriminarle lo inoportuno de ese estudio en un momento en que el Gobierno socialista exigía moderación salarial a los trabajadores. El presidente del BB se atrevió a objetar:
-Pero es que es verdad.
Y entonces el gobernador estalló:
-¡¿Y a quién coño le interesa la verdad?!
Y ahora vengamos al presente. Escasa negociación en la Bolsa de Madrid durante la jornada del 6 de enero. Mientras los Reyes Magos regresaban a Oriente -siempre hay un Oriente, desde cualquier punto del planeta tierra- ya había intermediarios comprando y vendiendo títulos mobiliarios, porque es sabido que la humanidad no puede sobrevivir sin valores, especialmente los bursátiles.
La Bolsa ya funciona en Jueves Santo, y ahora también en Reyes. Es la consagración del dios-mercado.
No es broma. Una ola de normativas y hábitos están creando la liturgia al nuevo dios. Por ejemplo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está aplicando ya una normativa europea, 'traspuesta y trasponida' a España, en la que se persigue a aquellos medios informativos que han cometido el sacrilegio de influir en la formación de precios en el parqué... aunque sus informaciones sean ciertos.
En otras palabras, el poder -en nombre de la transparencia, naturalmente- pretende censurar a la prensa: la correcta formación de precios (el dios-mercado) es más importante que la verdad. Primer mandamiento del nuevo ídolo. Amarás la correcta formación de precios.
Es verdad que sus sacerdotes, el presidente de la CNMV, Julio Segura, de la CNMV, sin ir más lejos, no se enteran de los grandes herejes, como el señor Bernard Madoff pero, eso sí, están vivamente interesados en que el nuevo dios sea adorado 24 horas al día, 365 días al año y en castigar -es lo que está ocurriendo ahora mismo- a dos medios informativos españoles: Intereconomía y Negocio. El primero por el caso Laboratorios Almirall, el segundo por el asalto al Banco Popular de una sociedad mexicana. Ambos eran ciertos, pero eso no importa, lo que importa es que la cotización resultó afectada, y ese sacrilegio no puede quedar impune.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com