El domingo 23 se celebra en todo el mundo, desde que así lo decretara Juan Pablo II, el Domingo de la Divina Misericordia. De esta forma, se oficializa en la Iglesia católica el culto iniciado por la religiosa polaca Faustina Kowalska (1905-1938), una mujer de aldea, sin apenas estudios, que sólo vivió 33 años y que se ha convertido en la gran mística del siglo XX. Apenas salió de Polonia (entonces buena parte de Lituania era Polonia) y pasó la mayor parte de su existencia en Cracovia. Personalmente, me he leído la obra básica de Faustina Kowalska (El Diario), una maravilla de profundidad filosófica y teológica que recuerda a santa Teresa.

Probablemente estemos hablando de la devoción y la práctica religiosa más extendida en el mundo actual y de forma más discreta. Hablo, y espero no resumirla rematadamente mal, de una forma de fe que considera la confianza en Cristo como base de la vida interior. Estamos, pues, ante una cuestión de confianza en un dios-hombre, en un personaje histórico llamado Jesús de Nazaret. Porque, a la postre, todo se reduce a ello. Pero ya se sabe que la colección de pedantes instruidos en que nos hemos convertido todos aquellos que tenemos colgados un título universitario en algún clavo del salón, sencillez es sinónimo de estupidez, como sabiduría lo es de retorcimiento.

Ejemplo : servidor apenas había oído hablar de sor Faustina Kowalska (es decir, hija del Herrero), entre otras cosas porque uno es poco clerical, y una monja polaca, sin apenas estudios, ni tan siquiera escolares, que pasó su corta vida entre conventos y hospitales, y que nos contó sus diálogos con Dios por orden de su confesor, nacida en 1905 y muerta en 1938, sin especiales preocupaciones estilísticas no ejerce un atractivo especial. Es más, es una candidata a la sospecha. ¿A un personaje menor le va a hablar Dios, directamente, sin tapujos, revelándole los secretos del ser humano?

La misma desconfianza sintió era su deber- la Iglesia Oficial. Hasta que en 1978cuarenta años después de su muerte- sor Faustina es rehabilitada, porque hasta las almas más pías tienden a creer que el poder de Dios quedó muy reducido con la invención de la máquina de vapor, con esa nebulosa indefinible que llamamos modernidad. En el año 2000, fue canonizada por su paisano, Juan Pablo II. Mientras tanto, millones de personas en todo el mundo comprenden el mensaje sin necesidad de análisis teológicos: es la hora de acogerse a la Misericordia Divina porque como nos atengamos a la asimismo perfecta justicia divina ¡estamos listos!

Y es que la Iglesia siempre se adelanta al mundo, como Benedicto XVI se ha adelantado a las disquisiciones doctrinales de los teólogos e intelectuales pedantes.

Ya se sabía que la cosa iba a mal y que a lo mejor con la justicia no divina nos bastaba, por lo que el hombre de la modernidad debe acogerse a la bondad de Dios Padre, no a la Justicia de Dios Creador, para poder colarse en el Cielo de rondón.

Naturalmente, en el siglo XX, la centuria intelectualmente más chata de los últimos 500 años -por tanto, la más artificiosa-, Cristo, el gran bromista, eligió a una religiosa polaca que fue a la escuela durante 3 años y murió a los 33 años de edad- No necesitaba más tiempo para poner en marcha su plan de acogida la Divina Misericordia.

Sor Faustina, como todos los grandes profetas, patriarcas, fundadores y reformadores, no ha inventado nada, porque ser original no consiste en proponer algo nuevo sino volver a los orígenes: la Divina Misericordia no es otra cosa que la viejísima, eterna, infancia espiritual, la que marca la diferencia entre dos tipos de personas que existen en el mundo : los esperanzados y los desesperados.

Naturalmente, esta sencillez profunda con la que están marcados los hombres y mujeres de Dios resulta ilógica. Dios nos parece raro, más que nada porque juega con los hombres. Por ejemplo, no le gusta la metodología mediática. No plantea campañas de propaganda, pero no se sabe cómo, su marketing llena el mundo. Cualquier consultor de comunicación repudiaría el modo como se extendió el Evangelio, una especie de boca a oído universal, propagado por indocumentados, sin argumentos de autoridad, sin sofisticar ni el lenguaje ni la forma de vender el mensaje, sin utilizar los medios de comunicación, y mucho menos los medios masivos, sin spots publicitarios y sin los adecuados canales de distribución. Un insulto a la ciencia informativa, oiga usted.

Todo por el secreto de acogerse a un Dios que es padre algo que los islámicos u otras religiones orientales nunca entenderán- y que vive pendiente -¡qué locura!- de la palabra del hombre. Como decía santa Faustina Kowalska: la virtud más costosa de todas no es la fe, ni la esperanza ni el amor: es la confianza en Dios y en su solicitud paternal por el hombre, porque esa confianza engloba a las otras tres virtudes y algo más. Porque la Divina Misericordia puede dar respuesta a una existencia, y eso es el nudo gordiano, especialmente en este momento histórico para cada persona: dar sentido a su existencia.

Eulogio López

Para saber más Páginas recomendadas sobre la Divina Misericordia.

http://www.divinamisericordia.org/.

http://www.corazones.org/jesus/divina_misericordia .htm.

http://www.ewtn.com/Spanish/prayers/Misericordia/divina_misericordia.htm.

http://webcatolicodejavier.org/divinamisericordia.html.