Hemos sido llamados a la libertad pero una libertad colmada de responsabilidad. Sin el libre albedrío no podríamos amar, seríamos como una cosa.
La libertad es para amar, para servir y está vinculada con la verdad. Sabemos que la verdad nos hará libres.
La libertad es la base de la verdadera dignidad de la persona humana, por lo tanto, defendemos la libertad cuando somos coherentes con la verdad. También la protegemos cuando no queremos acostumbrarnos a la degradación moral, a la mentira y a los atentados contra la vida humana inocente e indefensa,
Los medios de comunicación son grandes difusores de la libertad, siempre que defiendan la verdad de las personas frente a los poderes públicos. Además tienen una función recreativa, proporcionando una mayor libertad de vida, una liberación del cansancio físico provocado por el trabajo. Es justo rebelarse cuando, los medios de comunicación, se convierten en verdaderos canales de opresión al servicio de intereses partidistas.
Es importante destacar que protestar contra la inmoralidad y denunciar a quien la promueve no es ser enemigo de la libertad ya que constituye un verdadero fraude y una falta de respeto a la dignidad humana.
Es inadmisible que los medios de comunicación apelen a la libertad de expresión para encubrir la injusticia, la falta de ética o la simple incompetencia. Es importante que los responsables de los medios de comunicación sean conscientes de que están llamados a desempeñar una gran misión; ser difusores de la verdad y constructores de la libertad.
Hay que buscar soluciones humanas y cristianas a las cuestiones temporales que surjan en el camino, con empuje y con iniciativa.
Posiblemente en esta tarea nos encontremos con divergencias, pero lo importante es subrayar los puntos de encuentro, las ideas compartidas y los objetivos comunes ya que se trata de aunar esfuerzos, esto es, quitar lo que nos separa y apoyar todo aquello que nos une. Debemos ser amigos de la libertad y enemigos de los fanatismos.
Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com