El presidente canario, Adán Martín, endosó la patata caliente al gobierno central pidiendo que fuera el Ejecutivo Zapatero quien disolviera la corporación municipal de Telde si fuera necesario. Y claro, el Gobierno también hace ejercicio de cintura. De la Vega argumenta que se trataría de una medida extrema porque supondría anular la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas. En todo caso, confía en que no sea necesaria la disolución del consistorio y que el alcalde y los concejales encausados abandonen inmediatamente sus cargos para que se pueda reestablecer la normalidad.
Y para adelantarse a la crítica por el corrupsoe, De la Vega señala que al Gobierno, la corrupción le produce repugnancia, que están luchando por erradicarla de la vida pública, aunque siempre habrá indeseables. A ellos, todo el rechazo social y todo el peso de la ley al tiempo que defiende la dignidad de miles de concejales que trabajan con lealtad y honorabilidad por sus convecinos.