Probablemente fue un lapsus. O no, que diría Rajoy. Pero cuando De la Vega hacía este viernes ejercicios de cintura para evitar manifestarse sobre el mal dato de la encuesta del CIS, señaló que no quería contestar porque quería evitar la tentación de utilizar las encuestas de manera partidaria. Estamos trabajando para desterrar esas prácticas como también queremos acabar con las televisiones de partidos.
¿Cómo? ¿Cuáles son esas? Probablemente se refería a Telemadrid, que optó por una cobertura amplia de la manifestación del pasado sábado que reunió a más de millón y medio de personas en la capital. El Gobierno se encuentra crecido tras el rechazo sindical a la gestión realizada por Manuel Soriano. Eso, quizás sea televisión de partido. Las malas prácticas de RTVE, en cambio, son pluralismo informativo. Puede que quizás por eso, un informe de la Universidad Complutense relacione a la RTVE como la televisión que más incumple el compromiso de superprotección de la infancia.
Permanezcan atentos a la pantalla, nunca mejor dicho, porque el Gobierno tiene una estrategia de acoso espectacular a las televisiones públicas de gobiernos populares. El freno a la emisión de la Otra puede que sólo sea el comienzo.