La vicepresidenta De la Vega ha estado este viernes más bien opaca a la hora de informar sobre el llamado proceso de paz. Tan sólo ha dicho que no está confirmado que ninguno de los tres etarras haya sido el autor del famoso robo de las pistolas. Podría tener relación, pero no está confirmado; la investigación está en marcha, señaló. Pero insistimos: ¿cómo se encuentra el proceso? La vice señala a micrófono abierto que el Gobierno no está ni más pesimista ni más optimista que hace nueve meses. Sin embargo, a micrófono cerrado, señala aquello de la que ha caído. Vamos, que optimistas, digamos que no mucho.

Por otra parte, en cuanto a una posible vuelta al dialogo con el PP habida cuenta de la conversación mantenida por Rubalcaba con Zaplana, De la Vega insiste en que el Gobierno no se ha movido ni un milímetro y que siempre han tenido y seguirán teniendo la mano tendida con el PP.

Y para que se note esa mano tendida, señala que no ha sido el Gobierno quien ha roto los puentes sino los dirigentes del PP. Atentos a la sutileza, porque el Gobierno prefiere hablar de los dirigentes del PP que del PP, tratando de buscar el enfrentamiento de la base con los cuadros. La misma estrategia utilizada por el movimiento laicista radical cuando se refería a la posición cerrada de la jerarquía de la Iglesia. El sistema podría dársele la vuelta y afirmar que los dirigentes del PSOE se empeñan en pagar un precio político por la paz que la sociedad rechaza. Pero los populares no están muy ágiles.