En los últimos días varios medios de comunicación, entre ellos Hispanidad, han informado de las trampas fiscales que usan algunas multinacionales, como Facebook o McDonald's, para pagar menos impuestos en nuestro país. Pero no son las únicas grandes compañías que practican la ingeniería fiscal, también lo hacen Amazon, Apple, Google, Microsoft, Burger King, Pepsi, Starbucks, Fiat, Ikea o Burberry, entre otras.

La mayoría de estas multinacionales se aprovechan del trato fiscal ventajoso que les ofrece Luxemburgo, el paraíso fiscal de la Unión Europea (UE), aunque este país niegue que lo sea. Así se da una curiosa paradoja: uno de los fundadores de la UE es un coladero por el que las grandes compañías se burlan de Europa y pagan menos impuestos. Pero no es el único que las favorece, también lo hacen Irlanda y Holanda.

Sin embargo, el caso luxemburgués cobró mayor relevancia desde el pasado 1 de noviembre, cuando su ex primer ministro, Jean-Claude Juncker (en la imagen), se convirtió en presidente de la Comisión Europea (CE) y prometió mano dura con estas tretas, cuando curiosamente muchas de estas ventajas fiscales se aprobaron con él al mando. También el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) ha puesto bajo lupa al Gran Ducado, señalando que tenían acuerdos fiscales secretos con 340 multinacionales, las cuales se habrían ahorrado miles de millones de dólares en impuestos. En su comparecencia, el primer ministro luxemburgués, Xabier Bettel, ha afirmado que las prácticas fiscales "respetan las reglas internacionales" y no se ha hecho "nada erróneo". Veremos si es así, pero por ahora queda claro que el deseo del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, de "ir hacia la unión fiscal" no es posible a corto plazo, pues el principal enemigo para ello es el Gran Ducado.

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